El pato es una especie muy valorada en la cocina de los países catalanes y una de las estrellas indiscutibles de la gastronomía francesa. También es una comida típica de los países escandinavos, Alemania, Polonia o Hungría.
De hecho, la presencia del pato en la gastronomía humana es milenaria, ya que se empezó a domesticar hace 4000 años. A lo largo del tiempo ha tenido muchos usos, por lo que podemos decir sin equivocarnos que, como en el caso del cerdo, del pato se aprovecha todo: la carne, los huevos y las plumas. Curiosamente, todas las razas domésticas actuales tienen su origen en la domesticación de dos especies salvajes: el ánade azulón y el pato mudo.
La receta del pato con peras en un plato tradicionalmente reservado para fechas festivas señaladas. Este guiso está presente en la cocina de muchas comarcas catalanas y es una de las muchas variantes que se pueden hacer con esta preciada carne de aves de corral. Su textura melosa y de gusto limpio hace que resalten los ingredientes que lo acompañan en el guiso, especialmente la fruta. Otras recetas igualmente sabrosas son a la naranja, con setas, con manzana o a la miel.
Para terminar, solo cabe añadir que el magret y los confitados son otros platos reconocidos hechos con carne de pato. Y como curiosidad, añadir que la especie que se utiliza para hacer la reconocida y milenaria receta imperial del pato Pekín es diferente de las que tenemos a nuestro alcance.