NATIONAL GEOGRAPHIC
Andorra al natural
NATIONAL GEOGRAPHIC EN ANDORRA
Hablar de National Geographic es hablar de compromiso con la vida natural de nuestro planeta. Con una historia más que centenaria, National Geographic se ha convertido en la organización científica y educativa sin ánimo de lucro más relevante del mundo. Su nombre está asociado a grandes personajes e hitos de la exploración y la investigación, como la primera expedición al Polo Norte (Robert Peary, 1909) o el descubrimiento del Machu Picchu por Hiram Bingham en 1911, patrimonio de la humanidad y una de las 7 nuevas maravillas del mundo.
Entre sus grandes logros también se encuentran las exploraciones del oceanógrafo Jean-Jacques Cousteau (1952); las investigaciones con los chimpancés de la primatóloga Jane Goodall (1962) y los logros relacionados con el mar, como el descubrimiento de los restos del Titanic (Bob Ballard, 1985) y el descenso a la fosa Challenger (James Cameron, fosa de las Marianas, 2012) el punto más profundo del océano Pacífico. Esta es solo una pequeña muestra de la inmensa labor de exploración y divulgación que la National Geographic Society ha llevado a cabo desde que fue fundada en 1888.
Andorra, ubicada en medio de los Pirineos, tiene una superficie de 468 km², el 90 % de la cual es espacio natural y de este porcentaje, un 10 % es Patrimonio de la Humanidad de la Unesco. Un país por descubrir. Un escenario natural inmejorable que queremos presentarte a través de National Geographic. Únete a la aventura de explorar los parajes más recónditos de nuestro país para revelar los secretos que guardan los valles y las montañas del Principado y descubrir así la cara oculta de nuestra naturaleza. El proyecto andorrano de National Geographic se desarrollará a lo largo de todo un año para captar con todo detalle los cambios que las estaciones generan en la flora y fauna salvaje. La luz, los colores, los sonidos, el frío y el calor, día y noche. Las montañas permanecen, el sol, la lluvia o la nieve se suceden. Algunas especies migran. Otros se adormilan durante el invierno para volver a despertarse en primavera. La vida sigue inexorablemente.
EL SILENCIO DEL INVIERNO
El invierno en las montañas y los bosques de Andorra es una época de silencio. La magia de la nieve y el frío, con su imponente magnetismo, parece detener cualquier signo de vida. Nada más lejos de la realidad. Bajo esta frialdad aparentemente inerte, la vida sigue fluyendo con otro ritmo, más lento, pero sin detenerse en ningún momento.
National Geographic nos mostrará especies que no detienen su ciclo vital. Las que están más preparadas para soportar los rigores de la estación; las que, en definitiva, han sabido adaptarse al medio.
Entre estas especies destacan la perdiz blanca, con un plumaje que la protege de las fuertes nevascas, las bajas temperaturas y la nieve, en el corazón del bosque. O el majestuoso quebrantahuesos que, cuando las condiciones meteorológicas lo permiten, levanta el vuelo para inspeccionar su territorio. Y no nos podemos olvidar de los rebecos, que encuentran refugio en las zonas boscosas bajas, obligados a dejar las cimas más altas con la llegada de la nieve.
El entorno que los acoge tampoco permanece inalterable: las nevascas, la nieve y las bajas temperaturas modelan un paisaje diferente y salvajemente atractivo.
PRIMAVERA Y VERANO: LA VIDA EN SU MÁXIMO ESPLENDOR
Con el cambio de estación, la nieve cede el protagonismo al color verde que va dominando paulatinamente bosques y prados. La suavidad de las temperaturas favorece la actividad de las especias. Es el momento de las ceremonias de cortejo, del apareamiento y el cuidado de las crías. El silencio invernal queda roto por los mil y un sonidos de las aves y otras especies en una muestra más del estallido de vida que supone la llegada del buen tiempo.
El equipo de National Geographic se centrará en capturar imágenes del urogallo, una especie particularmente esquiva y difícil de captar por las cámaras. Así como de otras especies, como el pito negro o el búho pirenaico, en sus nidos, cuidando de las crías. También seguirá el rastro de los corzos, que raramente se dejan ver más allá de la protección que les ofrece su hábitat natural, los espesos bosques andorranos. Más fáciles de observar son las marmotas, ya que las madrigueras donde invernan están ubicadas en los prados de alta montaña dispuestos en canchales de bloques. No son difíciles de ver, ya que solo se aventuran unos metros más allá de las madrigueras. Así como los corzos no se prodigan en campo abierto, las marmotas, en cambio, no se adentran en los bosques.
En verano podremos ver cómo crecen las familias con la llegada de los polluelos y las crías, con más imágenes de los rebecos y las marmotas. También seremos testigos del cambio de plumaje estacional de especies como la perdiz blanca.
Otra imagen que National Geographic te mostrará es la trashumancia de las manadas de caballos que son liberados en los pastos de alta montaña, donde permanecerán hasta bien entrado el otoño.
El manto verde de los prados salpicados de colores y los lagos glaciares de los valles en primavera y verano son uno de los momentos que se deben vivir, y el equipo de National Geographic, con sus vídeos e imágenes, te ofrecerá la oportunidad de contemplarlos como nunca antes los habías visto.
LA SUAVIDAD DEL OTOÑO
El calor abrasador del verano da paso a las brisas templadas que anuncian la llegada del otoño. La paleta de colores que inundan nuestros bosques alcanza uno de los momentos cromáticos más espectaculares del año. La aparición de la niebla, la humedad y la llegada de las primeras nieves vuelven a marcar el ciclo natural de la vida. Las aves migratorias, como las rapaces y las grullas, se encaminan hacia latitudes más cálidas, donde pasarán el invierno. Cada especie se prepara para el frío invernal.
No puedes dejar pasar la ocasión de vivir en directo el espectacular escenario natural que ofrecen nuestros montes y valles en esta época del año.
El equipo de National Geographic dejará constancia de los distintos momentos de esta estación crucial. La migración de las aves rapaces y las grullas; los preparativos de las ardillas rojas, que almacenan frutos y semillas para alimentarse durante el invierno. El devenir de varias especies de aves, como los mirlos o los zorzales, también será objeto de su atención. También podremos ser testigos del período de celo del rebeco, una de las especies emblemáticas de nuestras montañas, que tiene lugar entre octubre y noviembre.
Uno de los tesoros más espectaculares de Andorra es, sin duda, el valle del Madriu-Perafita-Claror, declarado Patrimonio Cultural de la Humanidad de la Unesco dado su valor paisajístico. National Geographic captará en imágenes la metamorfosis de ese entorno privilegiado con la llegada del otoño.